A Marigela Pueyrredon, por la idea y la amistad
1- Las sirenas son figuras trágicas. La mitología las ubica tanto en forma de mujer-ave, como de mujer-pez. En ambos casos, su transformación (su metamorfosis, diría Ovidio que escribió de ellas) es un castigo. De ahí la tragedia. Hijas del río Aqueloo y de la madre tierra Terpsícore, las sirenas eran las acompañantes de Perséfone, pero son castigadas por Deméter, que las convierte en mujeres-ave cuando no pueden impedir su rapto. Los lectores probablemente estén más familiarizados con el capítulo de la Odisea donde Ulises resiste a su canto. Aquí, ya son mujeres-pez.
Una de esas mujeres-pez es Parténope. Su transformación había sido obra de Afrodita. Era probablemente la más hermosa de las sirenas y cuando su canto fracasa en seducir a Ulises es castigada con la muerte. Su bello cuerpo es arrastrado por las olas hacia tierra, y ahí donde encalla es donde será construida, con el paso del tiempo, la ciudad portuaria de Nápoles.
2- Hace tiempo que sigo la obra de la artista argentino-valenciana Marigela Pueyrredon. Ella había colaborado con hermosísimas obras para un ejemplar de la revista contratiempo. De ahí surgió una amistad que se enriquece cada día en el intercambio de ideas y creaciones. Hace unas semanas vi en su página una bellísima sirena y, al contrario que Ulises, no resistí a su llamado. La sirena es un lienzo para un proyecto de intervención artística que a partir de hoy colgará de balcones en Altea, Alfaz del Pi, Agost y Benimantell, pueblos tan hermosos como sus nombres en la Costa Blanca valenciana.
3- La belleza de la sirena, el misterio de sus claroscuros, su metamorfosis que parece cíclica, el círculo que la encierra, me inspiraron un poema. El poema acompaña a la sirena de Marigela, y la sirena de Marigela ha pasado a llamarse Parténope en el poema, o tal vez todo ocurre al mismo tiempo. Sus ojos miran al Mediterráneo donde alguna vez vivió y amó, y a través de sus ojos miro ese mar que tanto echo de menos. El poema está abajo, pero poema y sirena viven juntos también en el blog de Marigela que puede consultarse aquí, y en su página Web.
El sueño de Parténope
Duerme la sirena y en el torbellino de su sueño
soy un pez seducido por su carne de mujer,
enganchado a la promesa de su cintura,
sin ver el anzuelo, sin prever el festín.
Ella acaricia una a una mis escamas
y las besa antes de arrancármelas
para hacerse un collar que acaricie su pecho.
Al tragarme, sus ojos de monstruo marino
abarcan la inmensidad del abismo.
Ella gira en eterna seducción y eterno sacrificio
entre la luz de las aguas del alba y la tiniebla abisal
y mis huesos limpios son la arena de este sueño.
Duerme la sirena y en las mareas de su sueño
soy un hombre que come sin pausa su cola de pez
inmune a su canto y a la suavidad de sus senos.
La devoro escama a escama
y ella me encierra en su abismo, me canta entre sus brazos
me arrastra al vórtice oscuro.
El alba me sorprende besando sus cabellos
para cortarlos y ceñirlos a mi cintura.
Inmersos en un círculo de mar y noche
el sueño se repite sin pausa, a los cuatro vientos el deseo se ensancha,
la carne llama, distante en la silueta borrosa del arrecife;
despiertan el hombre y la sirena, duermen el pez y la mujer
4- Queda darle gracias, muchas, a Marigela, y a Parténope, y al mar.
Sent from my BlackBerry 10 smartphone on the Verizon Wireless 4G LTE network. From: En la Ciudad de los VientosSent: Thursday, July 17, 2014 12:56 PMTo: elizabet.narvaezluna@gmail.comReply To: En la Ciudad de los VientosSubject: [New post] Historias de Sirenas
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gerardo1313 posted: » A Marigela Pueyrredon, por la idea y la amistad
1- Las sirenas son figuras trágicas. La mitologÃa las ubica tanto en forma de mujer-ave, como de mujer-pez. En ambos casos, su transformación (su metamorfosis, dirÃa Ovidio que escribió de ellas) es»
Querido Gerardo,
Bien sabes lo mucho que me apasiona el tema de las sirenas, no sé si habré escuchado su canto en mi infancia y hoy me hundo en sus melodías y sueños, pero más allá de las muchas mitologías, es un placer dejarse seducir por los mundos de ultramar tanto en literatura como en pintura. Abrazos
Gracias Manuel!