Escribo esto en memoria de mi madre, Sarah, que murió hace una semana, en Oak Park, Illinois, a los 91 años. Y que deja un legado de amor inextinguible. Mi madre, Sarah Figueroa Almanza, sonreía, siempre. Y siempre, siempre, abrió los brazos. Mi madre nunca dejó de tener fe, de luchar, de sacarle … Sigue leyendo
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