you're reading...
Literatura

Leer (y andar) el Quijote cc: @danioska @fjorgefhdz

Dedicado a Julia Santibáñez y Jorge F. Hernández

 

Uno de los propósitos que me fijé para 2016 (nada que ver con perder peso, hacer ejercicio o dejar de molestar a los madridistas) fue releer clásicos que no hubiese visitado en mucho tiempo, o acometer la lectura de algunos que debí leer, y no hice.

En ese contexto, me quedaba perfectamente claro que 2016, este primer año de la segunda quincena del vigésimo primer siglo de nuestra era, se cumplen 400 años de la muerte tanto de Miguel de Cervantes como de William Shakespeare.

Mi hija Susana está leyendo El rey Lear; sé que tarde o temprano iré para allá pero eso será tema para otro blog.

Sé que cada año, por el mes de abril, Jorge F. Hernández lee El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha y que en esta ocasión se ha acercado a los campos de Castilla, y que tal vez hasta lo lea bajo algún molino o en alguna venta por donde pudo haber pasado la sombra de Dulcinea del Toboso. ¡Qué más desearía que acompañarlo, aunque a los dos nos confundan con Sancho Panza!

Don Quijote siempre cabalga

Don Quijote siempre cabalga

En este joven 2016, ya se me había dado la buena fortuna de leer Rabia de vida (Rabia debida) el sabroso poemario que en 2015 publicó Julia Santibáñez; mejor suerte, aún, fue poder conversar con ella (aunque fuese por redes sociales) y descubrir su pasión por el Quijote.

Como parte de esa pasión, ella ha abierto un espacio en su blog para leer y comentar el Quijote, con la idea de tal vez haber concluido la lectura completa de la novela por ahí del 23 de abril. (y de paso brindar por Fernando del Paso, a quien le estarán dando el Cervantes, eso como cosa mía).

Les recomiendo visitar y leer el blog de Julia, y si quieren, leer con nosotros –somos varios- la novela y comentar en ese espacio.

Yo empecé el lunes. Tengo la buena suerte que la edición que poseo es la prologada y copiosamente comentada por Martín de Riquer.

Es precisamente un par de notas de Martín de Riquer lo que me genera mi primera observación de esta relectura.

Cada vez que releo el Quijote (han sido tres veces desde la primera lectura, obligada escolarmente, por ahí de los 70’s) encuentro claves distintas. Esa es la grandeza de esta novela: no importa cuántas veces la releas, siempre encontrarás algo nuevo, algo en lo que no habías reparado.

Riquer menciona varias veces la importancia del apelativo don. No es casual, dice. En la España de fines del siglo XVI y principios del XVII, sólo podía llevar ese título quien gozaba de una cierta categoría social.

La interpretación más sencilla es que el uso del don es sarcástico. Burlarse de los usos de la sociedad de la época, de los títulos nobiliarios. Crítica social, inserta en lo literario.

Don Quijote, armado caballero

Don Quijote, armado caballero

Pero releyendo los cinco primeros capítulos –me detuve intencionalmente antes del sexto, que es el famoso episodio de la quema de libros de caballería- encuentro un significado más profundo, más espiritual, más humanístico.

En los cinco primeros capítulos, Don Quijote lucha por restablecer la dignidad humana de aquellos a quien intenta salvar, creyéndose caballero andante y desfacedor de entuertos. El entuerto es la pérdida de la dignidad en una sociedad ya marcada por el dinero, la conquista, la ambición, la envidia.

Don Quijote, loco, se endilga el don para subrayar el punto: sólo un loco lucharía por restaurar la dignidad en una sociedad que ya ha perdido su brújula. Por eso él mismo es errante; por eso en su primera posada, su obsesión es restaurar la dignidad humana de dos mujeres de licenciosas costumbres, hijas del pueblo, a quien él ve en su plena dignidad porque le han ayudado a armarse caballero.

Quizás no eran Don Quijote ajeno a las burlas de ellas, pero él veía más allá, con los ojos de quien busca algo que parece perdido pero que es recuperable por la vía de lo heroico.

Cabalguemos.

Acerca de gerardo1313

Escritor, periodista, promotor cultural, estratega de comunicación y agente literario. Reside en México tras casi 30 años viviendo en Estados Unidos y Europa. Autor de siete títulos de poesía, cuento, teatro y traducción literaria. Co-fundador y co-director de la agencia literaria PaGe.

Comentarios

3 comentarios en “Leer (y andar) el Quijote cc: @danioska @fjorgefhdz

  1. Empiezo por agradecerte enormemente la dedicatoria del texto, Gerardo, y además junto con mi querido y admirado Jorge. Ha sido un gran gusto leerte y conocerte virtualmente. Espero que pronto coincidamos en persona.
    En cuanto a lo que señalas sobre el uso del «don», punto: el propio Quijote asumiría con ese tratamiento su decisión de vivir a contracorriente, fuera de la realidad o, por mejor decir, construyendo una alterna.
    Gracias, un abrazo. 

    Publicado por danioska | enero 21, 2016, 3:00 PM
  2. voy a comentar algo que me llamó mucho la atención cuando leí el quijote por primera vez… cuesta mucho pensar en él sin su escudero, sancho panza… incluso, cervantes se nota que no tenía muy claro cómo iba a ser el gordito porque lo tilda de pocas entendederas al presentarlo cuando durante toda la obra es absolutamente sagaz… pues la primera vez que el quijote sale de su aldea, lo hace a solas y a solas se arma caballero… la pareja se arma para la segunda salida y enseguida ocurre el evento por el que más se conoce al caballero andante: el ataque a los molinos de viento… por delante queda toda una obra divertida, reflexiva y como bien dice usted, sarcástica…

    Publicado por camarero | enero 21, 2016, 5:38 PM

Deja un comentario

Archivos

Enter your email address to subscribe to this blog and receive notifications of new posts by email.

Únete a otros 674 suscriptores
enero 2016
L M X J V S D
 123
45678910
11121314151617
18192021222324
25262728293031

Share This Blog

Bookmark and Share